domingo, 16 de septiembre de 2007

Sobre lentitudes.


Recuerdo que una vez en España, un gallego viejo me contaba sus vicisitudes cuando emigrando para “hacerse la América”, había pasado casi un mes sobre un barco, y no tuvo otra.
Por supuesto, si hoy en día tuviera que emigrar nuevamente, un avión lo dejaría en la otra orilla del Atlántico en menos de dos días combinaciones inclusive.
Claro, hoy con los apuros que tenemos no aguantaríamos tantos días de viaje, tantos días “perdidos” en medio de la nada.


Y pasa lo mismo con nuestras comunicaciones, nos estamos acostumbrando a los apuros y a las cosas instantáneas, antes dos amantes esperaban días, semanas o meses para leer las cartas perfumadas que con letra manuscrita, juraban amor eterno, y el amor me parece, duraba mas tiempo.Hoy nos desesperamos y queremos romper el teclado cuando un mensaje demora más de un minuto en abandonar la pantalla y viajar hacia el destinatario.

Como cambiamos, como nos acostumbramos a vivir corriendo en el torbellino de la vida cotidiana, y así cada vez más nos olvidamos de tomarnos nuestros tiempos.Ni que hablar que no solo pretendemos que las cosas sean rápidas, sino que también sean simultaneas, porque no podemos escribir en un foro y hablar por celular al mismo tiempo?, porque no podemos hablar con un amigo y trabajar también?.

Microondas, café instantáneo, vida supersónica, poco tiempo para acariciar a los hijos, y para hacer el amor como debiera ser hecho.
A veces pienso que por hacer todo a lo loco y al mismo tiempo es la causa de porque últimamente tantas cosas estén funcionando mal en este mundo.

Y eso que el mundo a modo de defensa se deshace de unos cuantos apurados, matándonos de un ataque al corazón cuando nos pasamos de la raya, sino, anda a saber cuan peor seria esto.

0 comentarios: