domingo, 23 de septiembre de 2007

Historia de Navidad.


Calor sofocante, el día esta pesado, yo cansado a mas no poder, y aun no terminamos con los mandados. Y es que si bien esta Navidad no la pasaremos en casa, ya quedamos en que nosotros llevaríamos el postre, y claro, alguna bebida también, porque con este calor, lo que es bebida, nunca esta de mas. Ahh, no nos olvidemos de algunos cuetes y luces de bengala para los gurises, son chicos todavía, pero para entretenerlos un poco, no?.


Estas segura que tenemos los regalos para todos?, pregunto sabiendo de antemano la respuesta, claro, ya compre todo no te acordas que te mostré los regalos anteayer, antes de envolverlos?, ahh si, si, no me acordaba.
Y si además del helado y el postre, llevamos algunas masas?, mi mujer siempre exagerando. Bueno dale, y si sobra que las coman el 25 de tarde con el café. Pero debe de haber tremenda cola en las confiterías, que te parece si compramos las masas en el súper?

Al fin, luego de horas dando vueltas, y cansados de tanto movimiento y tanta espera en las cajas, llegamos a casa, estaría bueno descansar un poco, tirarse un rato en la cama y tratar de dormir aunque sea una hora para recuperar fuerzas, y así estar impecable para esta noche. Imposible, las bombas en la calle enloquecen al perro, aúlla, ladra, quiere salir. Ufa, voy a sacarlo un poco a ver si se calma, digo yo, así que chau descanso.
Ahh ya que salís fijate si hay algo abierto y me traes aspirinas, que no doy mas del dolor de cabeza, dice mi mujer, bueno, entonces salgo con el auto.

Llego a casa con calor, y mucho mas cansado y directo a darme una ducha, uff el baño parece un sauna, es que me ganaron de mano con los duchazos, y me dejaron el calefón lleno de agua fría y el ambiente lleno de vapor hirviente. Bueno me jodo, tirito bajo el agua helada, salgo de la ducha y al segundo estoy empapado de transpiración, pero quedo como nuevo. Teléfono. Hola papa…, desde el otro lado de la línea, mi hija me pregunta si puedo pasar a buscar a una tía de mi yerno, ya que ellos tienen que llevar a otra tía, si, no te hagas problema, contesto.

Nunca creí que podría entrar tanta gente en mi auto, nosotros tres, perdón, cuatro, ya que por sus actitudes, el perro casi pasaría por un humano, y claro esta, viene a la reunión con nosotros, (tráiganlo, me dijeron, no lo dejen solo pobrecito) , mas la tía, y una concuñada de la hermana del sobrino de no se quien, haciendo malabares con las botellas, las casatas, el postre y las masas. Pero que elegante que están!!, (rutina femenina), a que peluquería fueron, vieron que hay una nueva en el barrio??, claro, yo que soy pelado y no necesito de mechitas ni brushing, y se ve que no soy elegante.

Llegamos, al fin!!, y ya eran unos cuantos, y luego de los profusos saludos de rigor, comenzamos a ser servidos por el dueño de casa, que se empeñaba en llenar los vasos, desconociendo la tolerancia cero. Uno, que ya va concientizado con que un día de vida es vida, la semana que viene empiezo a cuidarme, y todas esas mentiras con las cuales uno intenta convencerse de que los abusos que uno comete están perdonados por la fecha tan especial, le da a lo que venga, a nada dice que no, sea lechón, pollo agridulce, o colita de cuadril mechada. Y cuanto liquido tiene que utilizar para lubricar todo eso!!.


Pero bueno, uno que aun extraña ausencias queridas, y es un tanto sensiblero, se conmueve al ver como el círculo se va cerrando alrededor de uno. Y es que cuando las agujas en el reloj nos indican que debemos levantar las copas y estrechar los abrazos, nos sentimos Papa Noel, y las nuevas caritas sorprendidas nos llenan con creces los vacíos que hasta hacia un momentito sentíamos en nuestros corazones.

Y nos damos cuenta que esta misma sensación que nos embriaga el alma de ternura, la habrán sentido nuestros viejos queridos, esos que hoy tanto añoramos, y justamente, quizás estas mismas nuevas caritas, que poco a poco van estrenando Navidades, serán las que nos recuerden en el futuro con un lagrimon en sus ojos de adultos.

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